domingo, 31 de julio de 2011

Hasta pronto Andorra


He finalizado mi vuelta a Andorra. Un recorrido de ecotouring dividido en 14 “etapas” que ha tocado a su fin. Como habéis podido comprobar se puede estar varias semanas escribiendo sobre Andorra sin mencionar ni una sola vez la palabra esquí ni la palabra compras. Desde luego Andorra es mucho más que eso. Aquí llegué a comienzos de junio para descubrir su naturaleza. Una naturaleza que desde luego me ha sorprendido muy gratamente, a buen seguro porque la inmensa mayoría de quienes vienen a Andorra, como yo hice hace unos cuantos años en mis primeras visitas al país, lo hacen para ese combinado esquí-compras. Fruto de ello es el excelente estado de conservación de los recursos naturales del Principado. Un estado de conservación que me ha sorprendido con creces y que desde luego hace que quienes busquen contacto directo con la naturaleza, lo encuentren.

Me ha cautivado la enorme biodiversidad de un país tan pequeño. Recuerdo los primeros días inmerso en la naturaleza mediterránea, con la encina como especie bandera, días a los que siguieron paisajes, hábitats y ecosistemas más propios de las regiones eurosiberianas y boreoalpinas. Por supuesto hallé la alta montaña, la mordedura glaciar granítica de lugares como Juclar o Pessons, y ni que decir que sucumbí ante la naturaleza existente en sus tres espacios naturales protegidos principales: el parque natural comunal del Comapedrosa, el parque natural del valle de Sorteny y el patrimonio de la humanidad del valle del Madriu-Perafita-Claror. También en esos lugares menos conocidos pero que me han impresionado por su soledad, algo que es necesario a la hora de gozar con el medio ambiente tras rebecos, rapaces o nutrias, por ejemplo. Encuentros con la fauna más emblemática del Principado y disfrute con sus especies de flora, que me cautivaron en días como el de Sorteny o Comapedrosa.

Como suele ser habitual quiero despedirme con la misma foto con la que comencé la serie de post sobre esta vuelta de ecotouring por la naturaleza de Andorra, una foto que me relaja sólo con verla, me trasporta a la orilla de ese lago en Pessons donde una tarde de junio me tumbé plácidamente y de la que, os puedo asegurar, me costó marchar. Definitivamente regresaré a Andorra, a su naturaleza. Quizá para descubrir su otoño, a lo mejor para conocer la soledad invernal de sus valles fuera de las pistas de esquí, quizá para continuar esas marcas rojas y naranjas que llegaron a ser un fiel compañero de viaje en muchas excursiones coincidiendo con el trazado del sendero GRP-1 que da la vuelta al país, o quizá precisamente para eso, para realizar el trekking que en una semana da la vuelta a pie a Andorra… No se, pero seguro regresaré. ¡Hasta pronto Andorra!

sábado, 30 de julio de 2011

Muflones en Beixalís y urogallos en el Campeà

El muflón abunda en la serra de Encamp.

Hoy es una jornada diferente. Se trata del último día de recorrido por esta apasionante vuelta a Andorra realizando ecotouring, y eso siempre es distinto. Lo bueno se acaba, así que para hoy he dejado un par de propuestas. ¡Qué mejor que despedirse con ración doble!. Ese día, lejos de ser un día triste con olor a despedida, se antojó como uno de los más excitantes y completos. Las dos propuestas están en la parroquia de Encamp, pero separadas geográficamente. La primera no me es del todo desconocida pues por las estribaciones de la Serra de Encamp ya estuve cuando recorrí el bosque de abetos de Ordino. La segunda si es nueva y está la zona dels Cortals de Encamp, donde crece un tupido bosque de pino negro que presume de ser uno de los mejores enclaves para el urogallo. Me refiero al bosque del Campeà, pero eso será por la tarde, primero me dirijo a la collada de Beixalís.

Una cita con el urogallo en el bosque del Campeà.

Piñas de pino negro.

Muflones y corzos en la collada de Beixalís
 Como siempre que se sale al campo a ver fauna (o a intentar verla) es preciso madrugar. Con las primeras luces del día ya me encontraba en la collada de Beixalís (WP.GR.4.72). En el mismo alto hay una diminuta explanada en la que dejar el vehículo. Se llega por la CS-310 desde Anyós o la CS-210 (en mal estado) desde Encamp. Desde el alto (1.795 m.) salen un par de rutas que tengo por objeto hacer, la primera, más corta y de ida y vuelta, conduce hasta el pic del Padern (1.857 m.; WP.GR.4.73), un excelente mirador sobre los valles principales andorranos (especialmente el valle del Valira y el valle del Valira oriental.


Rododendro.

En los primeros pasos de la pista que conduce a este pico comenzaron a proliferar las huellas de corzo. La noche había dejado impresos los rastros de corzos (Capreolus capreolus) y algún jabalí (Sus scrofa) en la tierra mojada. No tuve ocasión de ver corzos pero son muy abundantes en los bosques de la zona, como el que tapiza la serra de Encamp y las laderas del Bony de Les Neres (2.211 m.). Un ruta circular rodea el suave pico del Bony de Les Neres y ofrece una interesante oportunidad de observar no sólo corzos, jabalís o zorros (Vulpes vulpes), sino también muflones (Ovis orientalis). El muflón –como la marmota- es una de esas especies introducidas que se han adaptado y extendido por las montañas pirenaicas. La ruta del Camí del Tomb de les Neres (8,2 km. 3 h.), a la que ya me referí en el post del coll d’Ordino (pues transita también por este bosque), ofrece una excelente ocasión para observar artiodáctilos. Para eso se precisan tres cosas: madrugar, caminar en silencio y tener suerte. Dos dependen de mi, la tercera no tanto pero yo tuve las tres –quizá la madre natura quiso despedirme así de Andorra- y a las huellas de corzo siguió, en las primeras horas de la mañana, el encuentro con un pequeño grupo de cinco muflones.


Pino rojo en la collada de Beixalís.
De regreso a la collada, y a medida que el sol gana altura, las panorámicas desde los alrededores de Beixalís adquieren toda su fuerza. En orientación norte se tiene una también una visión cenital del valle de Sispony, que recorrí en los primeros días de ruta, como del macizo del Comapedrosa y los picos de Tristaina o Font Blanca.


Bosque del Campeà.
Para la tarde he reservado un encuentro con el bosque de pino negro y sus habitantes. Uno de las mejores representaciones del pinar de pino negro (Pinus uncinata) en Andorra se encuentra en los Cortals de Encamp. Se sube por la carretera CS-220 desde la población de Encamp. Unos kilómetros antes de llegar encontramos a la derecha el inicio de la pista (cerrada al tráfico rodado) que conduce al estany d’Engolasters. Todo el trayecto hasta el lago (el acceso rodado es por Escaldes-Engordany) se encuentra flanqueado por el jardín botánico de Les Pardines (WP.GR.4.74), con una buena representación de las algunas de las especies presentes en los diferentes hábitat  que muestra el sendero: desde prados hasta tarteras y rocas silíceas de granito, esquistos o calcáreas, landas, medios húmedos, especies alpinas y subalpinas ácidas y calcáreas, etc. y especial dedicación a las megaforbias.
Bosque del Campeà desde el albergue de la Baronia.

La carretera sigue en subida dejando atrás el mirador sobre el bosc de les Allaus (WP.GR.4.75) primero, y después, en Bordes de Rigoder, el inicio del sendero hacia el mirador de Cap de Rep (1 h. 30´; WP.GR.4.76), un buen lugar para observar quebrantahuesos. Un poco más adelante se llega al área recreativa donde podéis dejar el coche (WP.GR.4.77) para recorrer el bosque del Campeà.
Enebro rastrero.


Huellas de corzo en la collada de Beixalís.

Para hacer este recorrido circular podéis comenzar por la pista que va ganando altura progresivamente y sin fuertes pendientes hasta toparos con el cartel de madera que indica la entrada al bosque. Realmente la subida por la pista se realiza por el linde de esta extensa mancha boscosa, con los pinos a la derecha y en la que ya empiezan a verse algunas de las plantas que crecen en estas alturas donde llega el pino negro (el árbol que más alto sube en la cordillera): el enebro rastrero (Juniperus communis sub. nana) y, formando parte del sotobosque del pinar, rododendros (Rhododendron ferrugineum) y arándanos (Vaccinum myrtillus) como plantas acompañantes, entre otras muchas especies de la alta montaña. A partir del cartel (WP.GR.4.78), las señales blancas y amarillas del sendero de pequeño recorrido que transita por el corazón del Campeà y las fuentes, donde aguardan el preciado Boletus edulis y especies de aves tan emblemáticas como urogallo, mochuelo boreal o pito negro. No hay mejor despedida que de nuevo el contacto íntimo con la naturaleza intacta del Pirineo.
Pinar de pino negro en el Bosque del Campeà y Alt del Griu.

Lista de Way Points GPS Gran Ruta 4:
WP.GR.4.72:  31 T380746 E4709398
WP.GR.4.73:  31 T380593 E4708964
WP.GR.4.74:  31 T384949 E4709600
WP.GR.4.75:  31 T385336 E47110037
WP.GR.4.76:  31 T386345 E4710127
WP.GR.4.77:  31 T386453 E4710093
WP.GR.4.78:  31 T387426 E4710154

jueves, 28 de julio de 2011

Pessons, por los lagos del mayor circo glaciar de Andorra

Pessons es la mejor representación de la alta montaña glaciar en Andorra.

Hoy estreno parroquia, la última del recorrido. Estoy en Encamp y el objetivo de hoy es de nuevo espectacular. Un contacto directo con el mundo glaciar. Se trata de caminar y conocer el circo de Pessons.
A lo largo de la vuelta de ecotouring al país he tenido oportunidad de visitar y recorrer otros circos glaciares (recuerdo ahora por ejemplo Comapedrosa y el pla de l’Estany, el pla de l’Estanyo en Sorteny, Siscaró y Juclar en el valle de Incles, etc.). Tampoco es la primera ocasión en la que llego hasta las orillas de un lago de montaña, ya sea como objetivo principal de la excursión –estany de Juclar- o bien por estar inmersos en el paisaje visitado: Los he visto grandes como Siscaró o Les Truites, o más modestos como las basses dels Basers, la basa de la Granota,  el pla de l’Estany, etc.; incluso algunos estacionales.
Pessons tiene lagos y tiene circo, pero con una sustancial diferencia: se trata del mayor circo glaciar de Andorra y el mayor conjunto lacustre del Principado. ¿No está mal la propuesta ecoturística, no?

El circo glaciar de Pessons desde el estany Rodó.

Pessons es una de las rutas más famosas de Andorra, así que a buen seguro os encontraréis otros excursionistas que vienen a disfrutar del paraje o que se encuentran de paso siguiendo el GRP o el GR.7. La verdad es que tiene todo para ser una de las más populares: bellos paisajes, variedad y un recorrido gradual suave que, al ser de ida y vuelta, permite a cada uno adaptarlo a sus necesidades y decidir hasta dónde quiere subir. La ruta completa hasta el estany del Cap dels Pessons son 500 metros de desnivel y unas 4 h. 30’ ida y vuelta.


La senda pasa junto a la orilla de los lagos.

El circo de Pessons se encuentra en la esquina suroriental del país y el acceso se realiza por la carretera CG.2. El punto de inicio del recorrido es el aparcamiento de Grau Roig, en la zona de Cubil (WP.GR.4.62).
Estany Forcat con las montañas de Pas de la Casa al fondo.

La subida se realiza por la pista que arranca junto al telesilla Xavi (WP.GR.4.63). En veinte minutos llegaréis al primer lago, ya en el límite del pinar de pino negro. Preparaos para disfrutar a partir de ese punto de un paisaje de ensueño del que antes quiero explicaros algunas cosas…


Las señales del GR.7 y del GRP permiten seguir el recorrido.
El paisaje glaciar
Tras permanecer en origen bajo el mar, dos grandes movimientos tectónicos, primero hace 250.000 millones de años (era Terciaria) y posteriormente la Alpina (hace 35 millones de años) a los que siguieron plegamientos, emergieron la cordillera pirenaica. Una vez al descubierto, la erosión atmosférica, torrencial y glaciar fueron modelando el paisaje en los últimos 30.000 años. Fue en la era Cuaternaria cuando las glaciaciones cobraron especial protagonismo (Riss y Würm principalmente) y las montañas pirenaicas fueron tomando la imagen que tienen actualmente y que siguen modelando cada día.

Agua y roca forman el paisaje glaciar de Pessons.

Durante cada periodo glaciar la nieve y el hielo invadían toda la cordillera, pero al subir las temperaturas durante los periodos interglaciares -como el que actualmente vivimos-, la nieve y el hielo se fundían deslizándose y arrastrando todo tipo de materiales (morrenas de fondo y superficiales) desde las partes altas a lo largo de los valles. La lengua glaciar que avanzaba por el valle iba modelando la característica forma de U de los valles principales (frente a la forma de V originada por la erosión fluvial). El valle de Oriente, en cuya cabecera se asienta Pessons, es un perfecto ejemplo de modelado glaciar.

A orillas del estany de les Fontes.

Ese avance de la lengua de hielo iba acumulando los materiales -grandes bloques de piedra- en los depósitos morrénicos en el fondo del valle. A todo este ajetreo se une la acción del viento (loess) con el transporte de materiales más finos que se han acumulado sobre los depósitos morrénicos.

Estany Primer, reflejos a primera hora de la mañana.
Estany del Cap dels Pessons.
Arriba, en las partes altas, como consecuencia de este vaciado de materiales se iba originando una enorme cubeta, generalmente de forma semicircular o de media luna -recordando la forma de un anfiteatro romano-, rodeada de enormes picos y crestas y conocida con el nombre de circo glaciar. Ya tenemos pues el origen del circo de Pessons. Pero hay más… En la base del circo, es decir, ocupando esa cubeta, es muy habitual la existencia de una balsa de agua. Son los llamados estanys o lagos de origen glaciar y a lo largo del Pirineo existen más de 2.000. Los glaciares de circo serían restos de esa gran lengua glaciar pero lamentablemente se encuentran en serio retroceso a lo largo de la cordillera.

Pic de Ríbuls (izqda.) y Pic del Pessons (dcha.) ambos por encima de los 2.800 m.

En el circo granítico de Pessons, existen siete lagos y un buen número de lagunas y balsas de agua de mayor o menor tamaño y carácter estacional. Emplazados en diferentes alturas todos ellos enlazados por el cordón umbilical del riu del Pessons y nutridos por una escorrentía procedente del deshielo de neveros y la nieve que la primavera derrite cada año en los picos que encierran los lagos.
Estany Primer (WP.GR.4.64), estany Forcat (WP.GR.4.65), estany Rodó (WP.GR.4.66), estany del Meligar (WP.GR.4.67), estany de les Fonts ((WP.GR.4.68), estany del Cap dels Pessons (WP.GR.4.69)… incluso alguno llamado “Sin nombre” (WP.GR.4.70) o la colección de estanys de la Solana (WP.GR.4.61), aguardan en este mundo lítico de granito y agua. Imprescindible.

Lista de Way Points GPS Gran Ruta 4:
(WP.GR.4.62):  31 T393040 E4709656
(WP.GR.4.63):  31 T392944 E4709451
(WP.GR.4.64):  31 T392270 E4708998
(WP.GR.4.65):  31 T391895 E4708737
(WP.GR.4.66):  31 T391600 E4708669
(WP.GR.4.67):  31 T391148 E4708246
(WP.GR.4.68):  31 T390541 E4708031
(WP.GR.4.69):  31 T390315 E4707592
(WP.GR.4.70):  31 T390853 E4708178
(WP.GR.4.71):  31 T390957 E4708657

martes, 26 de julio de 2011

Siscaró: anfibios, aigüestortes y marmotas

Las Basses del Siscaró conforman un hábitat acuático de excepcional interés.

El día anterior, a pesar de ir hasta el mayor lago de Andorra puede considerarse un aperitivo –aperitivo de lujo, eso si- para el verdadero contacto con el ambiente acuático de alta montaña. No es fácil quedarse con un solo enclave en este sentido en la alta montaña andorrana –como comprobaréis también el próximo día en los lagos de Pessons- pero probablemente sea el valle del Siscaró, en las alturas del vall d’Incles el que ofrezca un mayor contacto acuático. Por lo menos en cuanto a variedad de manifestaciones. Me explico. En Siscaró encontraréis varios estanys y balsas de agua de carácter estacional y permanente, encontraréis también cursos de agua corriente como el precioso riu del Siscaró –con cascada incluida- y hallareis también una interesantísima zona de “aguas tuertas” o aigüestortes, en las que el agua se “esparce” ante la falta de desnivel del terreno formando meandros, pozas y lagunas idóneas para tener un contacto directo con los anfibios anuros, anfibios urodelos e invertebrados acuáticos.

El Siscaró es idóneo para observar anfibios.

Y para los que echáis de menos contacto con la fauna de mamíferos, Siscaró es también uno de los valles que más y mejor ha colonizado la marmota, un roedor que un día llegó procedente de los Alpes al Pirineo francés y que tanto le gustó lo que vio, que se quedó y se extendió rápidamente hacia el sur de la cordillera. La población de marmotas pirenaicas va en constante aumento y con el paso de los años acabará formando una subespecie local propia.

Basses del Siscaró con el refugio y, al fondo, las cimas de Fontargenta.

Abundan las flores como estos ranúnculos. 


Ruta del Siscaró
Para llegar a Siscaró vuelvo a recorrer con el vehículo el valle de Incles (son de esas cosas que podría hacer una y otra vez sin importarme cuantas) y aparco en el mismo lugar que me sirvió ayer de inicio de la ruta de Juclar: el puente de la Baladosa (WP.GR.4.48). Ambas rutas comparten el primer cuarto de hora de trazado por el bosque de pino negro hasta el cruce (WP.GR.4.49, bien señalizado).
Conviene no tener prisa por dejar atrás un pinar en el que se puede escuchar al reyezuelo y ver corzos o ardillas.

La marmota aguarda en las orillas de los estanys.

En esta ocasión mi camino es el de la derecha, que se adentra en el bosque y comienza una subida a orillas del río del Siscaró, pasa junto a la preciosa cascada antes mencionada (WP.GR.4.56) y continua hacia el terreno llano de las Basses del Siscaró, a 2.145 m. altitud (WP.GR.4.57). Nada más ganar las basses dejo a mi izquierda el sendero que cruza el río por una pasarela y se dirige al pequeño refugio del Siscaró. Ante mi se abre un valle llano, escoltado por bellas montañas e irrigado por pozas, canales, y pequeñas lagunas poco profundas que forman las aigüestortes.

Cascada del riu del Siscaró.

Me guío por la derecha del valle siguiendo las señales del GRP. A cada paso aparecen nuevos arroyos, nuevos hilos de agua que irrigan las Basses del Siscaró procedentes casi de cada rincón del anfiteatro glaciar formado –de izquierda a derecha- por el pic de la Tossa de Juclar (2.699 m.), el Pic de Siscaró (2.637 m.) y el Cap del Port (2.749 m.), entre otras moles rocosas.


Durante todo el camino, incluida la parte ya recorrida, la senda se halla salpicada de multitud de flores a ambos lados de la senda. Ya se sabe que donde hay agua hay vida. Crecen orquídeas como la orquídea majalis, y me encuentro con la hierba de San Pedro, narcisos de montaña, gencianas, lirios, etc. Como no podía ser menos, proliferan los ranúnculos. También rododendros.

En la zona de aigüestortes abundan los renacuajos y anfibios adultos.

La senda llega hasta el final del llano y comienza a remontar la ladera derecha en cortas lazadas hasta los 2.300 m. de altitud donde me aguardan los estanys del Siscarò (1 h. 15’).
Es terreno de alta montaña, la vegetación no es otra que la correspondiente a los prados alpinos en los que abunda la Festuca. También abundan los canchales procedentes de morrenas glaciares que enmarcan las laderas muy cerca de las orillas de las basses dels Basers (las primeras lagunas que me encuentro; WP.GR.4.58) y el más adelante el estany de Baix (2.325 m.; WP.GR.4.59). Muy cerca se encuentra también el estany de les Canals Roges, (WP.GR.4.60) en la base del Cap del Port.
En estos lagos de aguas someras vive una gramínea llamada sisca que da nombre al valle.

Parte final de las Basses del Siscaró.

Las Basses dels Basers preceden a los estanys del Siscaró. 


Marmotas
A la derecha de las Basses dels Basers se encuentran algunos de esos canchales (WP.GR.4.61). Es momento de tener una cita con los primos de las ardillas que me topé en abajo en el bosque. A diferencia de éstas, las marmotas no se adentran en el bosque. Estos sciúridos viven en las praderas herbosas de alta montaña, entre piedras de tamaño mediano y grande.
Los primeros chillidos (que retumban con el eco del valle) ponen en alerta al grupo de marmotas. Son animales sociales, de etología gregaria –viven en grupos- y para observarlas bien lo mejor es que se acostumbren a mi presencia, así que allí me siento a esperar… No pasa mucho tiempo antes de que el objetivo de mi cámara capture la primera foto.
Madriguera de marmota en el canchal.


Lista de Way Points GPS Gran Ruta 4:
WP.GR.4.48 y 49: ver post anterior
WP.GR.4.56:  31 T393268 E4717114
WP.GR.4.57:  31 T393687 E4716824
WP.GR.4.58:  31 T393497 E4715901
WP.GR.4.59:  31 T393631 E4715866
WP.GR.4.60:  31 T394195 E4715666
WP.GR.4.61:  31 T393365 E4715890

domingo, 24 de julio de 2011

Juclar, el mayor lago glaciar de Andorra

Estany de Juclar, el mayor lago de Andorra.

La jornada de hoy en esta Gran Ruta de ecotouring por Andorra se antoja variada y completa. Resultó ser una de las más interesantes pues me descubrió un valle espectacular, uno de esos rincones secretos que los andorranos defienden con apego y presumen de poseer como uno de los valles más bonitos del Pirineo. No les falta razón.
A priori me trajo hasta aquí el interés por visitar el mayor lago de origen glaciar de Andorra. Con lo que no contaba era con la belleza del recorrido hasta llegar a orillas del estany de Juclar, en la cabecera del enorme circo que domina una de las cuencas glaciares del valle de Incles.
Por la tarde, una tranquila visita al vecino Valle de Ransol, donde me esperaba una cascada y un bosque de pino negro preciosos. Territorio osero. No se puede pedir más a un día en contacto con la naturaleza. Bueno si, comenzar el día con un salto de agua… ¡Pues ahí va!
Primer estany de Juclar.

Cascada de Les Moles
La referencia de hoy –y la del próximo día- es la parroquia de Canillo. A ella se llega por una de las carreteras principales de Andorra, en concreto la CG-2. Nada más pasar la localidad de Canillo, a la que se llega también por la CS-240 a través del coll d’Ordino, me encuentro a la izquierda la Cascada de Les Moles (WP.GR.4.44). Un  aparcamiento bien acondicionado en la base de este coqueto salto de agua a los pies de la carretera, invita a hacer una primera parada.
La cascada se desparrama de una altura de aproximadamente 20 metros por el valle del Riu, uno de los valles tributarios del valle principal (Valira d’Orient). La mayor celeridad erosiva del valle principal “cortó” la formación rocosa por la que hoy el curso de agua salta formando esta cascada.
Llegando a la pleta de Juclar, en pleno mundo granítico.

De nuevo en marcha sigo por la CG-2 en sentido Francia. Poco antes de llegar a El Tarter, encuentro a la izquierda la indicación hacia el vall d’Ransol (WP.GR.4.45). Aquí volveré en la tarde, ya que la orientación del valle hace que sea a partir de mediodía cuando el sol incide directamente en el fondo del valle (Coma de Ransol).
EL impresionante paisaje por el que asciende la senda.

Vall d’Incles
Superado El Tarter, justo antes de entrar en la recta que en subida conduce a Soldeu, en una curva de la carretera, sale a la izquierda la estrecha carreterilla que se adentra por el vall d’Incles (WP.GR.4.46). También perfectamente indicada.
Nada más tomarla, un cartel indica que el firme es estrecho y se debe circular despacio. De hecho en muchos puntos no caben dos vehículos a la vez. Estas son las carreteras que me gustan. La pista asfaltada (CS-270), se abre paso entre bucólicas praderas salpicadas por bordas. Paraje de ensueño, al final de la carretera el diminuto y fotogénico pueblo de Incles (WP.GR.4.47) y, un poco más adelante, el aparcamiento (fin del asfalto, WP.GR.4.48) desde donde se inicia la subida al estany de Juclar. Como aperitivo, la llegada hasta el pont de la Baladosa (1.800 metros de altitud), donde se encuentra el aparcamiento no ha podido ser más sugerente.
Vall d'Incles.

Valle arriba, a menos de 2 horas, aguardan las aguas del estany Juclar. La subida es sencilla y el paisaje desde luego está a la altura de las circunstancias. El agua, otra de las cosas que seguro llamará vuestra atención en una visita estival a Andorra, fluye por doquier. De hecho os recomiendo botas impermeables ya que en varias ocasiones el trazado de la senda sirve también de trazado para la escorrentía del riu de Juclar y, especialmente a finales de primavera y comienzos del verano, evitará mojaros los pies. Quince minutos después de comenzar la ruta se llega a la intersección (WP.GR.4.49) con el valle de Siscaró, que dejaré para mañana. Siguiendo las indicaciones del GR (HRP) llegué sin ningún problema y disfrutando de las panorámicas hasta la pleta de Juclar y el primer estany de Juclar.

Salvando el río Juclar.

El paisaje es suave al comienzo, donde crecen dispersos los últimos ejemplares de pino negro condicionados por los parámetros altitudinales y el ambiente posee la fuerte fragancia de la flor de la retama. El manto amarillo que forman las flores del escobón (retama) adorna y aromatiza la parte inferior del recorrido, especialmente la solana. Poco a poco comienza a cobrar fuerza en el paisaje la roca. Un paisaje de roca granítica que sólo se interrumpe por la presencia de algún pino, las matas de rododendro y la presencia de algunas bellas cascadas junto a las que pasa el sendero. A partir de la pleta (1h. 25’), en la base de la Tossa de Juclar, el sabor glaciar impera. Sólo roca y praderas de alta montaña acompañan al río Juclar hasta la orilla del primer estany (1h. 50’; WP.GR.4.50), desde el que se descuelga. También en la orilla, el refugio guardado de Juclar (1 h. 55’; WP.GR.4.51).

Refugio guardado de Juclar, junto al lago.

Sendos carteles me reciben al ganar el lago y me indican –aparte de la localización del refugio-, que estoy a 2.299 metros de altitud y tengo ante mis ojos las transparentes aguas de este gran lago que, ocupando una superficie de 21,3 hectáreas, forman el lago de origen glaciar más grande de Andorra. No es el único lago que me encontraré. Quince minutos más adelante se localiza el Segon estany de Juclar (WP.GR.4.52), en un marco glaciar imponente formado por el anfiteatro de los paredones que escoltan al pic d’Escobes (2.781 m.). Es probable que a finales de primavera o comienzos del verano os encontréis algunos neveros sobre los que hay que pasar caminando para llegar al segundo de los lagos (extremar precauciones).  
Me tumbo un largo rato a orillas del mayor de los estanys. No todos los días se está frente a un lago de podium y en un entorno altimontano de semejante estampa.
Además de los dos estanys principales podemos encontrar lagunas estacionales.

Retamas y rododendros al principio de la ruta.

Valle de Ransol
De regreso al vehículo (1 h. de bajada desde el lago), tengo buena parte de la tarde para disfrutar de otro de esos “valles sorpresa” en cuanto a que siempre consiguen sorprender gratamente a quien los visita. La carretera CS-260 se adentra en el valle de Ransol hasta la Coma de Ransol (WP.GR.4.53), donde acaba el asfalto en un aparcamiento al pie del puente sobre el riu de Meners, muy cerca del enclave en el que se une a su afluente el río de Jan. Desde mucho antes es bien visible la enorme cascada (WP.GR.4.54) que forma el riu de Jan al salvar el desnivel desde la pequeña terraza en la que se asienta el refugio de Jan (45’; WP.GR.4.55), a los pies de picos como Ransol (2.732m.), o el pic de Mil Mesut (2.779 m.), entre otros. A la cascada se llega cruzando el citado puente y siguiendo la senda hacia el refugio o bien buscando por la derecha del pinar el sendero que sube a media ladera por el bosque, aunque su verdadera dimensión se contempla desde la propia carretera un kilómetro antes de llegar al aparcamiento.


Cascada en la Coma de Ransol.
Es un paraje de alta montaña diferente. Es complejo describir algo que me resultó suave y agreste a la vez. Laderas herbosas de formas redondeadas pero con el contrapunto rocoso de algunos de los picos que las envuelven. Un lugar recorrido por senderos como el GRP y el HRP camino de la collada del Meners y el valle de Sorteny. Otro rincón especial en mi recorrido por Andorra que de vez en cuando cuenta con la presencia, nada menos, que de alguno de los osos pardos establecidos en la vertiente francesa. ¡Quien sabe! igual la próxima vez que venga por aquí puede ser uno de esos días…


Cascada de Les Moles.

Lista de Way Points GPS Gran Ruta 4
WP.GR.4.44:  31 T386263 E4714267
WP.GR.4.45:  31 T388849 E4715071
WP.GR.4.46:  31 T390320 E4715471
WP.GR.4.47:  31 T391664 E4717086
WP.GR.4.48:  31 T392372 E4717456
WP.GR.4.49:  31 T393037 E4717356
WP.GR.4.50:  31 T394640 E4718064
WP.GR.4.51:  31 T394669 E4718001
WP.GR.4.52:  31 T395341 E4718172
WP.GR.4.53:  31 T388280 E4718636
WP.GR.4.54:  31 T388335 E4719025
WP.GR.4.55:  31 T388365 E4719338

viernes, 22 de julio de 2011

Ruta de Entremesaigües, en el valle del Madriu

Esporangios en el envés del fronde.

Repito valle pero no ruta. Al menos en parte y en tiempo, me explico. El día anterior compartía con vosotros la espectacular ruta por el corazón de los valles del Madriu, Perafita y Claror. Hoy regreso a este Patrimonio Natural de la Humanidad para hacer con calma una ruta más corta. Se trata del itinerario de Entremesaigües, que aunque en buena parte ya me es familiar después de la excursión pasada, decidí volver para acometerlo entero, con el regreso por la zona del Boigot y la canal de Cordabarba. De esta forma, con todo el día por delante para este itinerario que normalmente requiere no más de 1 hora y media, tuve tiempo para deleitarme con las diferentes especies que crecen en la umbría (al comienzo) y en la solana (al regreso).

La primera parte de la ruta está envuelta de una agradable humedad ambiental.

Es la ruta número 50 de las 54 que recoge la publicación Caminos de Andorra, así que meto la hoja correspondiente en la funda de plástico que viene con la publicación y… ¡al campo! Abro un paréntesis aquí para comentar que me gusta este formato, es cómodo y práctico, ya que permite no cargar con todo el libro en la mochila sino llevar sólo encima la ruta en cuestión. Me parece justo comentarlo y aplaudir este tipo de formatos para los que pasamos unas cuantas horas en el campo cargando con mochila y equipo fotográfico. Cierro paréntesis.

Puente de Entremesaigües y entrada al valle de Perafita.

El de Entremesaigües ee trata de un recorrido corto, de apenas 5 kilómetros de trazado circular, que decido realizar en sentido contrario al referido en la guía –aprovechando el carácter circular de la ruta- para dedicar las primeras horas de la mañana a la umbría. El inicio ya me resulta conocido; es el mismo del otro día (WP.GR.4.33), al pie de la carretera de la Plana en la más joven de las parroquias andorranas Escaldes-Engordany. También coincide con la primera parte del trazado hasta las bordas y el puente de Entremesaigües (WP.GR.34) en la ruta del pasado día. Esta primera parte de la ruta está señalizada como Camí de la Muntanya y se encuentra balizada con las marcas rojas y blancas del sendero de Gran Recorrido GR.7.

Helecho entre las piedras del muro que flanquea en parte la ruta.

Desde el inicio el suelo aparece enlosado con grandes bloques de piedra que pronto se ven envueltos por musgos y líquenes. Es indicio claro de la humedad reinante por la presencia cercana del río Madriu y por lo encajonado del valle, en plena umbría. Enseguida me llama la atención la proliferación de helechos y más adelante hepáticas (especialmente ranúnculos) cerca de los cursos de agua. El frescor ayuda notablemente a la marcha que, aunque nunca resulta dura, si es verdad que se realiza en constante ascenso hasta el puente de Sessenat primero (10 minutos) y las bordas de Entremesaigües después (35 minutos).

Durante la subida, inmersa en un frondoso bosque de ribera en el que destacan especies como sauces, alisos, y en especial avellanos. Con suerte se puede ver el incesante movimiento del agateador por los troncos o el vuelo de algún mirlo acuático. Viendo el terreno y el ambiente que me rodea poco hace pensar el origen glaciar del valle. Sólo la vista que de vez en cuando ofrece sobre las altas montañas de Comapedrosa me recuerdan el terreno en el que me muevo estos días.
La subida ofrece panorámicas tan espectaculares como esta sobre el Comapedrosa.


Cartel en Entremesaigües.
El camino se encuentra flanqueado en varios tramos por muros de piedra a la izquierda de este camino comunal. Generalmente la margen derecha queda abierta hacia el bosque de ribera y las praderas por las que se discurre el río. Entre los huecos de las piedras de los muros brotan diferentes especies de helechos. El helecho común, como casi siempre, es el más común de los helechos (polipodio), pero abundan otros como el helecho macho, el culantrillo menor, la falzia, o alguna woodsiácea. Vale la pena detenerse ante estos llamados antiguamente pterófitos, y apreciar el envés de los frondes. Al dar la vuelta a sus hojas se aprecian diminutas esporas aferradas con fuerza a la hoja dentro de los esporangios.

En la umbría, la presencia de helechos es constante.

Bordas de Entremesaigües.

En las bordas de Entremesaigües, donde se disfruta por vez primera de terreno horizontal en la bella pradera en la que se emplazan, es preciso cruzar el puente de Entremesaigües para dejar el valle del Madriu y comenzar la subida por el valle de Pedrafita; cambiamos también un río por otro.

Font Peixadera.

Enseguida se llega a la Font Peixadera (1 h.WP.GR.43.) que emana de una gran roca de granito. Es preciso seguir unos minutos por el sendero ahora más estrecho y señalizado como GR.11.10 entre túneles vegetales de boj –muy abundante durante toda la ruta- para salir a otra pequeña pradera y cruzar el río Perafita. A partir de aquí el recorrido es en descenso, una bajada suave por la solana del paraje conocido como Bosc del camp de la Finestra. El trazado atraviesa canchales (como el que se deja a la izquierda en la subida antes de llegar a Font Peixadera) e interesantes tramos de bosques de pino rojo fundamentalmente y también algunos abetos –abundantes en cotas más altas- y abedules. Es fácil encontrar restos de piñas mordisqueadas por las ardillas, que dejan unos cortes característicos en los estróbilos.
Se pasa junto a la borda y fuente del Boigot y se sale de nuevo al camí de Montanya por el que comienza la ruta, un poco más abajo del pont Sassanat. Apenas cinco minutos después vuelvo a toparme con los carteles y paneles informativos del valle del Madriu-Perafita-Claror, inicio de la ruta en la carretera de la Plana.

La senda, el Camí de la Muntanya, aparece empedrada hasta Entremesaigües.

Los lacértidos son frecuentes a ambos lados del camino.
Los dos próximos días los dedicaré a mostraros otra de las sorpresas de mi estancia en Andorra: el valle de Incles, en Canillo. Fantástico también, ya lo veréis.

Lista de Way Points GPS Gran Ruta 4:
WP.GR.4.33 y 34 referidos en el post anterior.
WP.GR.4.43:  31 T381722 E4705849